La
remolacha es un alimento del que no deberíamos de prescindir. Es una
hortaliza muy energética que es muy aconsejada en casos de anemia,
enfermedades de la sangre y convalecencia debido a su alto contenido en
hierro, también es rica en azúcares, vitaminas C y B, potasio y carotenos. El
azúcar contenida en la remolacha es la sacarosa.
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Se puede comer en ensaladas o cocida, pero
mantiene mejor las propiedades cuando está cruda, si la cueces, hazlo con la
piel y se la quitas después, no es aconsejable comprarla envasada pues ha
perdido gran parte de sus propiedades curativas.
Es laxante por lo que combate el
estreñimiento y las molestas hemorroides. También es un buen remedio para
mejorar la función hepática y para las infecciones en la vejiga urinaria.
Si te encuentras débil, convaleciente o
con anemia te aconsejamos este remedio mágico, tómalo en ayunas y prepáralo con
la licuadora para que quede como un zumo de una remolacha roja cruda con media
manzana, medio limón, una zanahoria y una cucharada sopera de levadura seca de
cerveza. Las hojas (cuello) de la remolacha son una fuente excelente de
vitamina A y las raíces (remolachas) son una buena fuente de vitamina C. Las
hojas se cocinan y son servidas frescas como verduras, mientras que las raíces
o cabezas pueden ser conservadas en vinagre para ensaladas o cocinadas enteras,
para después cortarse en rodajas o en trozos.
Las remolachas son particularmente ricas
en folate. Se ha encontrado que el ácido folate y ácido fólico previenen
defectos de nacimiento del tubo neural (nervioso) y ayudan contra enfermedades
cardíacas y anemia. También tienen alto contenido de fibra, soluble e
insoluble. La fibra insoluble ayuda a mantener su tracto intestinal trabajando
bien, mientras que la fibra soluble mantiene sus niveles de azúcar en la sangre
y colesterol controlados. La remolacha es un alimento de moderado contenido
calórico, ya que tras el agua, los hidratos de carbono son el componente más
abundante, lo que hace que ésta sea una de las hortalizas más ricas en
azúcares. Es buena fuente de fibra.
Se destaca los folatos y ciertas vitaminas del grupo B, como B1, B2,
B3 y B6. La remolacha es, junto con la berenjena o el pepino, una de las
verduras con menor contenido en provitamina A y en vitamina C.
Los folatos intervienen en la producción
de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la
formación de anticuerpos en el sistema inmunológico.
La vitamina B2 o riboflavina se relaciona
con la producción de anticuerpos y de glóbulos rojos y colabora en la
producción de energía y en el mantenimiento del tejido epitelial de las
mucosas, mientras que la niacina o vitamina B3 colabora en el funcionamiento
del sistema digestivo, el buen estado de la piel, el sistema nervioso y en la
conversión de los alimentos en energía.
La vitamina B6 participa en el metabolismo
celular y en el funcionamiento del sistema inmunológico.
En relación con los minerales, es una
hortaliza rica en yodo, sodio y potasio. Están presentes en menor cantidad, el
magnesio, el fósforo y el calcio. El calcio de la remolacha no se asimila como
el que procede de los lácteos u otros alimentos que son fuente importante de este
mineral. En sus hojas abunda el beta-caroteno y minerales como el hierro y el
calcio.
El yodo es un mineral indispensable para
el buen funcionamiento de la glándula tiroides, que regula el metabolismo,
mientras que el potasio y el sodio son necesarios para la transmisión y
generación del impulso nervioso, la actividad muscular, además de intervenir en
el equilibrio de agua dentro y fuera de la célula.
La remolacha, debido a su moderado valor
calórico, se puede consumir como ingrediente de ensaladas o de verduras y
utilizar en dietas de control de peso, si bien hay que en cuenta la ración de
consumo y la condimentación. Además, gracias a su contenido de fibra
proporciona una buena sensación de saciedad, lo que limita el consumo de otros alimentos
más calóricos
Mujeres
embarazadas y niños
La remolacha es apropiada en la dieta de
la embarazada gracias a su contenido en folatos. Ésta es una vitamina
importante a la hora de asegurar el correcto desarrollo del tubo neural del
feto, sobre todo en las primeras semanas de gestación. Su deficiencia provoca
en el futuro bebé enfermedades como la espina bífida o la anencefalia. Los
requerimientos de folatos son superiores también en los niños. Por eso,
incluirlas en su alimentación habitual es una forma válida de prevenir
deficiencias.
Prevención
de enfermedades
La remolacha contiene pigmentos llamados
antocianinas, de acción antioxidante y que le dan su color característico. Los
antioxidantes bloquean el efecto dañino de los radicales libres.
La respiración en presencia de oxígeno es
esencial en la vida celular de nuestro organismo, pero como consecuencia de la
misma se producen unas moléculas, los radicales libres, que ocasionan a lo
largo de la vida efectos negativos para la salud a través de su capacidad de
alterar el ADN (los genes), las proteínas y los lípidos o grasas.
Existen situaciones que aumentan la
producción de radicales libres, entre ellas el ejercicio físico intenso, la
contaminación ambiental, el tabaquismo, las infecciones, el estrés, dietas
ricas en grasas y la sobre exposición al sol.
La relación entre antioxidantes y la
prevención de enfermedades cardiovasculares es hoy una afirmación bien
sustentada. Se sabe que es la modificación del llamado "mal
colesterol" (LDL-c) la que desempeña un papel fundamental en el inicio y
desarrollo de la aterosclerosis. Los antioxidantes bloquean los radicales
libres que modifican el llamado mal colesterol, con lo que contribuyen a
reducir el riesgo cardiovascular y cerebrovascular. Por otro lado, unos bajos
niveles de antioxidantes constituyen un factor de riesgo para ciertos tipos de
cáncer y de enfermedades degenerativas.
Alteraciones de la glándula tiroides
El desarrollo de bocio se asocia a un
crecimiento de la glándula tiroides que interviene en la regulación del
metabolismo.
La aparición de esta enfermedad está
relacionada con un consumo muy bajo o nulo de yodo.
Las dietas deficientes en yodo son más
comunes en países desarrollados.
Dicha deficiencia puede desaparecer con el
empleo de sal yodada, aunque también existen alimentos que aportan este
mineral, como es el caso de la remolacha, puesto que, junto con el ajo y la
acelga, es la hortaliza más rica en yodo.
Cálculos
renales y retención de líquidos
La remolacha es rica en un tipo de ácido
orgánico conocido con el nombre de ácido oxálico. Este compuesto, que también
abunda en las espinacas y las acelgas, tiene la capacidad de formar en el
intestino complejos insolubles con minerales como el calcio y el hierro que
impiden su asimilación.
Hay personas que tienen predisposición a
formar cálculos en el riñón de "oxalato de calcio", motivo por el que
se ha de restringir el consumo de remolacha de su alimentación.
Por otro lado, gracias a la abundancia de
potasio e inferior contenido de sodio, poseen una acción diurética que favorece
la eliminación del exceso de líquidos del organismo.
Son beneficiosas en caso de hipertensión,
hiperuricemia y gota, cálculos renales (salvo de oxalato de calcio), retención
de líquidos y oliguria. Con el aumento de la producción de orina se eliminan,
además de líquidos, sustancias de desecho disueltas en ella como ácido úrico,
urea, etc.
Propiedades
Nutricionales
(1 taza de remolacha cocida y rodajeada)
Calorías 31
Proteína 1.5 gramos
Carbohidratos 8.5 gramos
Fibra dietética 1.5 gramos
Potasio 259 miligramos
Fósforo 32 miligramos
Folate 53.2 mcg
Vitamina A 58.5 Unidades Internacionales.
Una vez en el hogar, las remolachas
frescas se han de mantener en el frigorífico y en el interior de una bolsa de
plástico y así duran de dos a tres semanas. Las hojas de la remolacha, por
separado, también han de conservarse en una bolsa de plástico, sin lavarlas. De
este modo y en refrigeración pueden mantenerse de tres a cinco días.
No es recomendable congelar la remolacha cruda porque se reblandece, salvo que
sean de pequeño tamaño, tras hervirlas en agua salada y nunca más de dos horas.
Después se sumergen en agua fría para facilitar su pelado. Una vez peladas se
pueden cortar y congelarlas en un recipiente hermético.
La remolacha es una hortaliza que puede
consumirse cruda, hervida o en conserva.
Su uso principal se da en ensaladas,
aunque también puede tomarse sola, con ajos o cebolla y aliñada con un poco de
aceite, sal y vinagre.
Para consumirla cruda, se suelen rallar y
aliñar con un poco de aceite y limón, pero resultan más digeribles si se han
cocido. Para su cocción, conviene introducirlas en agua salada hirviendo sin
haberlas pelado con anterioridad porque si no perderían parte de su color y su
sabor. Deben hervirse durante al menos una hora, según el tamaño que presenten,
pero no más de dos. Una vez que han sido cocinadas se puede eliminar la piel
con facilidad y pueden servirse como un plato de verdura.
Si se prefiere se pueden hacer asadas.
Para ello sólo hay que introducirlas en el horno y no sacarlas hasta que estén
tiernas. Cocinadas de esta forma, las remolachas conservan casi intactas todas
sus propiedades.
Con las remolachas se elaboran conservas.
Para ello hay que emplear vinagre o azúcar que se añadirá a las remolachas una
vez que éstas hayan sido hervidas o cocidas.
Asimismo, las hojas de la remolacha se
pueden aprovechar, cocidas y condimentadas como si fueran espinacas.
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